A un año del 18-O: Kayser se fue de Renca y ahora se concentra en el comercio electrónico
La empresa textil ha trabajado día y noche para mitigar el impacto que sufrió en el estallido social. Si bien la crisis sanitaria afectó las ventas de la compañía, actualmente están gozando de un buen rendimiento en el comercio electrónico, incluso duplicando los pedidos que tenían en años anteriores.
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Es lunes 21 de octubre y han pasado menos de 24 horas de la tragedia en el centro de distribución de Kayser. Es temprano y ejecutivos de la compañía ya están reunidos con algunos de sus trabajadores. El ánimo, obviamente, no es de los mejores. Pero el mensaje es uno: levantar la cabeza, mirar hacia adelante y seguir con el negocio después del saqueo e incendio de las instalaciones donde murieron cinco personas.
Un año después, y con una crisis sanitaria de por medio, Kayser ha logrado recuperarse. Lo que queda del centro de distribución está cerrado y las oficinas administrativas ahora están en su antigua dirección de Santiago Centro. El área de distribución se trasladó a Bodegas San Francisco, en Pudahuel.
Y este año, empujados por la pandemia, Kayser dio el salto al comercio electrónico. Hasta la premiaron como la empresa con mejor rendimiento en e-commerce y hace unas semanas superaron todos los objetivos que se habían trazado para el CyberDay 2020. Todo esto se suma a los esfuerzos por mantener estable su operación en Perú, la cual lleva más de diez años de actividad.
Pero no ha sido fácil, reconocen al interior de la empresa. El feroz ataque a sus dependencias los golpeó muy fuerte.Los primeros meses post estallido social fueron complejos por la incertidumbre, y la inseguridad. Además, la compañía tuvo que enfrentar profundas caídas en sus ventas que afectaron su liquidez.
Por eso, cuando partió la pandemia, la firma acogió a la Ley de Proyección al Empleo a más de cien trabajadores del área de ventas y administración.
La investigación sigue
Durante la mañana del domingo 20 de octubre de 2019, luego de saquear y quemar un supermercado Líder ubicado a escasos metros, una turba cercana a las 500 personas asaltó el centro de distribución de Kayser, ubicado en avenida Miraflores, Renca.
Se robaron todo y después vino el fuego. En pocas horas los 17.000 metros cuadrados del lugar quedaron convertidos en ruinas. Los latones fundidos, restos de ropa y papeles quemados, los vidrios rotos. Nada en pie. Y mucha pena.
Al final de la tarde, las autoridades confirmaron que al interior del recinto había cinco cadáveres. Todos calcinados.
Aunque hasta ahora la compañía no se ha querellado, el fiscal José Morales indaga esas muertes.
Si bien la versión oficial estipula la “asfixia” como principal causa de los fallecimientos, existe un informe de la unidad de Derechos Humanos del Servicio Médico Legal (SML) que apunta a la participación de terceros, dado que en una de las víctimas se encontró una fractura de clavícula y una bala calibre .21 en su pie izquierdo. Hasta el momento no se conocen más detalles de las investigaciones.
Tiendas oscuras
“Es un negocio familiar, por eso salimos adelante”. Es una frase que se repite mucho al interior de la compañía. Desde ejecutivos hasta trabajadores, rescatan la motivación que ha tenido la entidad para sortear las dificultades.
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Si bien previo al estallido social Kayser ya estaba en proceso de potenciar su comercio electrónico, fue durante la crisis sanitaria que despegó por completo. Según información que se maneja al interior de la compañía, han logrado, en este último año, doblegar los pedidos online.
Y aunque las tiendas siguen siendo uno de los pilares fundamentales dentro del modelo de negocio de Kayser, no quieren dejar de potenciar su buen momento en internet. De hecho, ya evalúan la implementación de “tiendas oscuras”, locales que no atienden público, sino que funcionan como pequeños centros de distribución.
Hoy, ejecutivos de la entidad, además de tratar de levantar la empresa y minimizar los impactos de la crisis sanitaria, preparan una serie de proyectos para 2021 que quieren mantener bajo reserva pero que, aseguran, generarán un “ruido” importante en la industria.